Panes únicos: las joyas españolas

panes españoles con indicación geográfica protegida

Se habla mucho sobre la gran tradición panadera que existe en nuestro país vecino Francia pero a diferencia de ellos, ¿sabías que en España podemos presumir de tener hogazas creadas única y exclusivamente en nuestras fronteras? Contamos con hasta cinco panes con Indicación Geográfica Protegida como por ejemplo el de pan de Cea, el de Alfacar, el de pan Pagés, el de Cruz de Ciudad Real y el famoso pan Gallego.

España es un país fantástico a nivel culinario y por supuesto la panadería no se queda a tras. La riqueza de nuestro país tiene muy buena miga. Te invitamos a descubrir las maravillas panarras de España ¡Que comience nuestra ruta!

pan de cea

Esta elaboración nos traslada al norte de España, concretamente a San Cristóbal de Cea, Galicia. Su origen se remonta al siglo XIII a los intramuros del monasterio cisterciense de Santa Maria la Real de Oseira. Fue tal la importancia de la panadería en dicha región que paso a ser conocida como «La Villa del buen Pan» , paradigma y referente en la provincia de Orense e incluso en toda Galicia.

El pan de Cea es de la familia de los llamados panes del país o panes de flama, caracterizados por una corteza gruesa y recia, una miga densa y esponjosa con un sabor intenso, húmedo y por mantenerse tiernos por bastantes días. El pan de Cea se elabora con harina de trigo, de la que el 50% procede de las variedades de la Comunidad Autónoma de Galicia conocida como «del país», agua, sal y para su fermentación masa madre que procede de la hornada anterior. Las piezas tienen una forma alargada con los extremos redondeados y una cintura más estrecha recorrida por una greña, también conocida como fenda en gallego, transversal al pan. Para garantizar que la fenda se abra bien, se puede mover el pan dentro del horno (lo que se le dice «andar con el pan»), y si se hace bien, se observará como la masa se desgarra por la fenda y surge la preciada febra (hebras del pan) Los panaderos de Cea lo consideran como una firma de autor.

Actualmente el sector panadero es el que mueve la economía de San Cristóbal de Cea, ya que la mayoría de vecinos están vinculados a ello. En palabras de Ibán Yarza «Caminando por sus calles en busca de sus hornos lo normal es que cualquier persona a la que preguntes sea prima, cuñado o tío de alguien que hace pan».5​

pan de alfacar

A los pies de la Sierra de Alfaguara, a unos 5 km al norte de Granada nos encontramos con los municipios de Alfacar y Víznar cuyos hornos son los únicos que pueden vender bajo el nombre de Pan de Alfacar, sello de Indicación Geográfica Protegida que protege a la tradición panadera de ambos municipios.

El pan de Alfacar está hecho con harina de trigo, levadura, masa madre, sal y agua procedente del manantial de Alfacar. He aquí el secreto de esta maravilla gastronómica. Se produce en diferentes formatos (bollo, rosco, rosca y hogaza) a partir de una misma masa de origen. La miga es flexible y suave, de color blanco cremoso, con alveolado abundante, distribuido de forma irregular y tamaño variable. Presenta un aroma característico a fermentaciones acética y/o láctica, en intensidad de ligera a media. La corteza es de grosor medio a grueso, dorada, sin harineado, ligeramente brillante y relativamente lisa.

pan de cruz de ciudad real

Tras el pan de Cea, fue el segundo en conseguir la Indicación Geográfica Protegida y abarca toda la provincia manchega de Ciudad Real aunque es originario de la comarca del Campo de Calatrava y más concretamente de la zona de Almagro, Carrión de Calatrava y Manzanares. Desde hace siglos es una tierra con extensos cultivos de cereales y en la que se elabora una gran variedad de panes.

El pan de cruz se caracteriza por ser una pieza compacta y densa, elaborada con harina de trigo trigo candeal, bregado de miga muy consistente y blanca. Tiene forma de hogaza abombada, con corteza lisa. Se reconoce porque en su cara anterior lleva dos profundos cortes perpendiculares en forma de cruz y en la cara posterior lleva el anagrama o logo de la IGP en forma de cruz de Calatrava.

Es un pan que se elabora con masa dura, de forma redondeada, con corteza gruesa, suave y crujiente de color dorado y sabor a cereal tostado. Su miga, de color blanco, es suave y esponjosa, con olor intenso a cereales y ligeramente dulce.

Este tipo de pan, está ligado históricamente al tipo de comida tradicional de esta zona, basada fundamentalmente en la gastronomía de labriegos y pastores que antiguamente iban de quintería. Al tener este producto una larga conservación, podía ser utilizado tanto de forma directa en platos y guisos, o bien como acompañante de otros platos. Es ideal para acompañar los vinos y quesos manchegos.

pan gallego

Otros de los panes con Indicación Geográfica Protegida y tal vez uno de los más conocidos a nivel nacional e internacional es el pan gallego. Las características principales de este tipo de pan es su corteza crujiente y cuya dureza varía en función del formato que se le dé. Tiene una miga esponjosa y alveolado abundante e irregular. Se elabora con harina de trigo blando de la cual una parta debe proceder de trigos cultivados en la comunidad autonomía de Galicia (Trigo Gallego) Su elaboración se caracteriza por la utilización de masa madre (mínimo 15 % del peso de la harina) y una elevada cantidad de agua (mínimo 75 litros por cada 100 kg de harina) así como por los largos tiempos de fermentación (mínimo 3 horas) y cocción. Esta última siempre en hornos con solera de piedra u otros materiales refractarios.

pan de payés

Antiguamente las familias elaboran sus propios panes en casa y después acudían al horno comunal donde lo terminarban de hornear. En dichos hornos se elaboran el pan de todo el pueblo, por turnos y varias veces a la semana. Esta es una tradición que se mantuvo en España hasta los años 1930-1960. Cuando se habla de pan de payés (que significa campesino) se hace referencia a estos panes que se elaboran antiguamente en las zonas rurales «El pan de payés viene de los payeses que era quienes hacían el pan «

La IGP «Pa de Pagès Català» es un pan tradicional, redondo, de corteza crujiente, miga tierna y alveolado grande, donde al menos el formado se realiza de forma manual. Todo el proceso se realiza siguiendo una elaboración tradicional, con fermentaciones lentas, cociendo siempre las masas en hornos de solera refractaria.

Cómo hacer magdalenas caseras: receta infalible

comprar magdalenas

hacer magdalenas como un profesional

Muchos de nuestros clientes y amigos nos han pedido varias veces que les dijéramos cómo hacer magdalenas de una forma sencilla y sin muchas complicaciones.  Por eso es que teníamos muchas ganas de publicar una receta de magdalenas que fuera sobre todo fácil y con ingredientes básicos, de toda la vida, para que todo el mundo que quiera pueda hacerlas en casa.  

Las magdalenas son el dulce tradicional más típico y común de nuestras despensas ¡Nunca faltan! Y con razón porque remojadas en leche son un pecado carnal. Son perfectas para desayunar o merendar y gracias a su formato individual podemos llevarlas  a cualquier lugar ¡Se nos hace la boca agua de solo pensar en lo buenas que están! 

En este artículo te vamos a contar cómo conseguir unas magdalenas esponjosas utilizando la receta tradicional con ingredientes sencillos y básicos: harina, azúcar, huevos, mantequilla  y ralladura de limón. Conseguirás unas magdalenas caseras y deliciosas con un copete crujiente y un interior húmedo y esponjoso ¡Para chuparse los dedos!

Receta de magdalenas: paso a paso 

Cómo hacer magdalenas perfectas es muy sencillo. El truco principal es usar ingredientes de la mejor calidad. La calidad de la materia prima influye directamente en el resultado. La selección de los ingredientes junto con las medidas correctas y siguiendo los pasos de esta receta de magdalenas, obtendrás una resultados deliciosos ¡Prometido! 

Con este receta conseguirás unas 20-25 magdalenas dependiente del tamaño del molde que vayamos a usar. 

¿Que ingredientes llevan nuestras magdalenas?

  • Harina de trigo: 200 gramos
  • Azúcar: 200 gramos
  • Mantequilla: 200 gramos
  • Huevos: 3 tal L o 4 tall m
  • Levadura química (royal): 14 gramos 
  • Ralladura de un limón. 

Cómo hacer magdalenas: el proceso 

Es una receta tan sencilla y rápida que lo primero que vamos a hacer (sino dejamos reposar la masa) es poner a calentar el horno a 230 grados. Si tenemos listos todos los ingredientes, la masa no se tarda ni 10 minutos en prepararla. 

  • El siguiente paso es mezclar los huevos con el azúcar. Utiliza unas varillas manuales o eléctricas y bátelo hasta que la mezcla se blanquee y el azúcar se disuelva por completo.
  • Después incorpora la mantequilla y la ralladura de limón. Cuando rayes el limón trata de no sobrepasar el blanco de la cáscara. Así no se estropeara el sabor de la esencia.  También te recomendamos sacar la mantequilla del frigorífico y dejarla a temperatura ambiente para que cuando la mezclemos con los huevos y el azúcar se disuelvan bien todos los ingredientes. 
  • Por otro lado tamizamos (pasar por un colador) la harina de trigo y la mezclamos con la levadura. De esta forma evitaremos que se formen grumos en la masa. Por último mezclamos todos los ingredientes, secos y húmedos con la ralladura de limón. El resultado será una masa relativamente líquida con cierta densidad pero que se disuelve con facilidad. Para mezclar todos los ingredientes podemos usar una licuadora o una procesadora de alimentos. 
  • (Este paso es opcional) Ahora dejaremos reposar la masa tapada con papel film en la nevera durante 30 – 60 minutos minutos aproximadamente. Si respetamos los tiempo de reposos conseguiremos unas magdalenas más esponjosas.  Este paso no es imprescindible. Podríamos colocar la masa una vez hecha directamente en moldes y a hornear.  Dependerá del tiempo que le dediquemos. 
  • Precalentar bien (a 200 °C) y luego hornear a 180 °C unos 15-20 min. Cuando tengamos el horno en su punto, colocaremos la masa en moldes. Podemos usar moldes de papel o silicona. Te recomendamos que la masa ocupe un poco más de la mitad de los moldes, ¾ aproximadamente. 
  • Por último puedes espolvorear un poquito (muy poquito para que no influya en el proceso de levado de la masa durante el horneado) de azúcar por encima de la masa para que se forme la característica costra de azúcar que le da ese toque tradicional y artesano. 
receta magdalenas caseras

Trucos para conseguir la magdalena perfecta

¿Qué moldes usar para hacer nuestras magdalenas? 

En principio tenemos dos tipos de moldes para hacer nuestras magdalenas caseras. El típico de papel o los de silicona. A nosotros nos gustar usar  los de papel por su carácter tradicional y ese toque artesano. Si usas este tipo de moldes fijate en el gramaje (grosor/dureza) del molde. Es necesario que sea lo suficientemente consistente para que la masa no rebose y así no echemos a perder nuestra magdalenas. Si los moldes son finos te recomendamos que uses dos o tres por magdalena. Si en cambio prefieres usar los moldes de silicona, te recomendamos engrasarlos un poquito con aceite de oliva para que no se queden pegadas al molde.  La cuestión es conseguir un molde lo suficientemente fuerte como para que aguante la formación del copete de nuestras magdalenas. 

Tiempo de cocción de las magdalenas

Siempre es mejor un poquito menos que pasarse. Recuerda que puedes parar el horno y dejar las magdalenas en su interior. Durante este tiempo las magdalenas terminar de hacerse por dentro. 

¿Cómo conservar las magdalenas como el primer día?

Una vez tenemos listas nuestras deliciosas y esponjosas magdalenas es muy importante en cómo las vamos a conservar. Lo primero que tenemos que hacer es dejarlas enfriar y después si quieres que se conserven como el primer día, tienes dos formas de hacerlo. Te animamos  a visitar nuestro artículo “cómo conservar nuestras magdalenas caseras como el primer día” y descubrirlo. 

Hasta aquí nuestra receta “cómo hacer magdalenas caseras” de una forma sencilla, rápida y con ingredientes básicos. Esperamos que te haya gustado y nos cuentes como te ha ido. Estaremos encantados de saberlo 😉

Los mejores dulces manchegos de Semana Santa

¿Cuáles son los dulces manchegos de Semana Santa?

Los dulces manchegos de Semana Santa “podríamos decir” que son principalmente la rosquilla frita, el canuto que también es conocido como torcío y la flor frita o flor dulce.  El canuto o la flor frita no gozan de tanta popularidad como las rosquillas pero si tienes la oportunidad de probarlos, hazlo. ¡Están buenísimos!  También tenemos otro tipo de dulces manchegos que aunque no son típicos de Semana Santa se suelen consumir más en esta época, como por ejemplo los borrachos o el alajú. Y por otro lado, tenemos los dulces tradicionales por excelencia de la fiestas de pascua y que son conocidos por todo el mundo: las torrijas, los pestiños, las monas de pascua, los buñuelos, la leche frita entre otros muchos. La verdad que en España lo que menos falta son buenos y ricos dulces. 

Más allá de los postres típicos de Cuaresma existen otros de igual importancia. Castilla La Mancha es una región con una deliciosa oferta gastronómica. Con el tiempo hemos aportado una gran variedad de productos y recetas al panorama culinario nacional e internacional, como por ejemplo el pisto y queso manchego. Y por supuesto no podría ser menos en cuanto a los dulces ¡A los manchegos nos encanta el buen dulce!

Dentro de nuestra repostería tradicional destacan los dulces monacales y los postres elaborados por familias reposteras que guardan su secreto generación tras generación.  Veamos uno a uno los dulces manchegos de Semana Santa ¡Ya se nos hace la boca agua de solo pensarlo! 

Postres manchegos de Semana Santa

Rosquillas de semana santa manchego o rosquillas fritas

Las rosquillas fritas es uno de los dulces manchemos de Semana Santa por excelencia. Se incluye en la categoría de repostería de sartén muy extendida a lo largo de territorio español. Este tipo de elaboración engloba dulces como los buñuelos, las torrijas o la leche frita. Las rosquillas fritas eran uno de los dulces que preparaban los árabes, motivo por el cual se ha convertido en un dulce típico español. La presencia de dicha sociedad en la península desde 711 hasta 1492 ha ido dejando a su paso recetas tan deliciosas como estas rosquillas fritas. 

Antiguamente la receta solo se elaboraba para Semana Santa en Castilla La Mancha, Galicia y Andalucía pero su popularidad y delicioso sabor han hecho que podamos encontrarlos durante todo el año. Si es cierto que en época de Cuaresma se piden mucho más. 

Los canutos o torcíos

Los canutos, otro de los dulces manchegos de semana santa, son tradicionales de nuestra comarca. Los ingredientes son muy similares a las rosquillas fritas (aceite, vino, unas gotas de aguardiente, ralladura, zumo de naranja, azúcar y harina) pero lo curioso es la forma de elaboración. Una vez se prepara la masa, se enrolla alrededor de unos caños y se fríe, dándole una forma de espiral y/o canuto. La masa queda muy fina y crujiente. Finalmente se les pone azúcar por encima y a disfrutar. 

Flor frita

La flor frita o también conocida como flor dulce es otro dulce manchego de castilla la mancha pero también se consume bastante en Carnaval. También son muy tradicionales en Extremadura. 

Es uno de los dulces má bonitos en cuanto a forma.  Tratan de imitar la figura de una flor. Para prepararlas hay que utilizar un molde especial. Son tan delicadas que con solo verlas se rompen pero de verdad que merece la pena probarlas. Están para chuparse los dedos. 

Otros dulces manchegos de Semana Santa 

El dulce rey de la Semana Santa: las torrijas

Podríamos decir que las torrijas son el dulce tradicional por excelencia en Semana Santa. Consumido a lo largo y ancho de España este delicioso postre tiene un olor y un sabor inconfundible. Su popularidad es tal que ha día de hoy la mitad de restaurantes las tienen en su carta durante todo el año y por supuesto que no podía faltar en ninguna de las casas de nuestra región. Para elaborar la receta original sólo se necesita pan, leche, huevo y azúcar. 

Un dato bastante curioso. La torrija es un dulce tan energético que se recomendaba a las mujeres que acababan de dar a luz. Un poste humilde que cuyo aporte calórico era venerado en antaño a diferencia de lo que se sucede en nuestros tiempos.

Los borrachos

El típico borracho que casi todo el mundo conoce son los borrachos de Guadalajara. Se trata de unos bizcochos sumergidos y empapados en almíbar de licor. Sin embargo en nuestro pueblo, Tarancón, también tenemos otro dulce que goza de gran popularidad. Conocido igualmente como borracho pero que a diferencia del primero, nuestros borrachos no están bañados en licor. En vez de bañarlos, ponemos en su interior un dulce almíbar lo que les confiere una textura jugosa y un sabor irresistible.  

El postre de los dioses: Alajú 

El Alajú es un dulce manchego típico de la sierra conquense. Es una especie de turrón de origen árabe que se prepara con pan, miel y nueces y/o almendras. Se consumía en los meses de invierno por su gran aporte calórico y por su larga durabilidad. Si visitas nuestra provincia, no te olvides de probar este dulce tradicional. 

Dulces más populares de Semana santa 

A parte de los ya mencionadas las torrijas, otros dulces típicos de semana santa que gozan de gran popularidad en nuestra región son los pestiños, la leche frita y los buñuelos. 

Los típicos pestiños bañados en miel 

Los pestiños son otros de los dulces típicos protagonistas en estas fechas. Se elaboran con harina, aceite de oliva, vino blanco, azúcar, canela y miel. Se fríe en abundante aceite y después una vez fríos se bañan en miel, lo que le da ese aspecto brillante tan tentador. Un dulce muy popular en la provincia de Toledo, donde pasa a ser uno de los más típicos de Semana Santa. 

Leche frita

La Leche frita es otro de los dulces típicos de semana santa más consumidos. Es un postre sencillo de preparar que requiere de pocos ingredientes.  El origen de esta receta es incierto, reivindicando varias regiones españolas su autoría aunque se suele considerar que surgió en Palencia, propagándose, más tarde, por diversas provincias.

Buñuelos de cuaresma 

Es uno de los postres más típicos de semana santa que solía consumirse especialmente los miércoles y los viernes de Cuaresma. Fechas de inicio y fin. La receta original a pesar de ser árabe ha evolucionado a los largo de los años hasta los buñuelos tradicionales de hoy día. 

Los ingredientes principales son harina de trigo, leche, azúcar, huevo y levadura. Se hacía una masa y se pasaba a freírla en abundante aceite.  Actualmente, hay infinidad de variedades. Los buñuelos típicos de Semana Santa se diferencia porque la masa incluye vino blanco, anís en grano o matalahúga para aromatizarla. 

Hasta aquí nuestra clasificación de dulces manchegos de Semana Santa. Como has podido ver, en primer lugar hablamos de los dulces de origen manchego que son típicos de Semana Santa, después comentamos qué dulces manchegos se consumen bastante durante la cuaresma pero no son tradicionales de esta época y por último los dulces más populares de Semana Santa en toda España.

Sabemos que hay muchos más, Déjanos un comentario y cuéntanos cual es tu favorito, estaremos encantados de saberlo 😉

La «receta de torrijas caseras» que estabas buscando

Receta de Torrijas Caseras: La Mejor Versión de Este Dulce Tradicional

Hoy te enseñamos la mejor receta de torrijas caseras, fácil y deliciosa. ¿Apetecen, verdad? Que levante la mano quien pueda resistirse a unas torrijas doradas y jugosas… Nadie, ¿cierto? Este postre es una joya de la Semana Santa, aunque es una pena que solo se disfrute en esas fechas. Quizá el dicho «lo bueno se hace esperar» tenga razón. Pero ¿y si no tuvieras que esperar? Con esta receta, podrás disfrutar de unas torrijas caseras siempre que quieras.

como hacer torrijas caseras

Penas a parte. No nos vamos a andar por la ramas. Queremos darte una receta muy fácil pero muy buena. Además si has visto nuestro artículo anterior donde te enseñamos a preparar un pan especial para torrijas que le viene como anillo al dedo a esta receta de torrijas caseras. Más artesanas imposible. Desde el pan hasta el dulce. ¡Te van a quedar unas torrijas de infarto! Prometido. 

 Ingredientes para hacer torrijas caseras

  • Pan para torrijas unas 12 rebanadas
  • ½ litro de leche fresca
    • Puedes usar una leche vegetal también, la que más te guste. 
  • 50 gramos de azúcar
    • Puede ser blanco o moreno. 
  • 3 huevos
  • Un cucharadita de anís y/ aguardiente (opcional) 
    • Puedes usar anís estrellado.
  • Mantequilla en pomada casi derretida
  • Canela en rama y en polvo 
  • Puedes usar también clavo de por, cardamomo y un poco de nuez moscada, etc
  • Cáscara de 1 naranja y/o 1 limón (sin la parte blanca para evitar amargor).
  • Aceite de oliva o de girasol. 
    • A gusto de cada cual. Solo recordarte que el  aceite de oliva deja más sabor que el de girasol. 

¿Y ahora? como hacer torrijas caseras paso a paso. 

Paso a paso: ¿Cómo hacer torrijas caseras?

1. Infusionar la leche

Calienta la leche a fuego medio con la canela en rama, el azúcar, la cáscara de naranja y/o limón y el anís estrellado. Cuando rompa a hervir, retira del fuego y tapa. Para un aroma intenso, deja reposar unas 2 horas. Si tienes prisa, con 20-25 minutos es suficiente. Luego, cuela la mezcla y deja enfriar.

2. Preparar el pan

Corta el pan en rebanadas de unos 2 cm de grosor. Colócalas en una bandeja y vierte la leche infusionada sobre ellas. Déjalas absorber el líquido por ambos lados, pero sin que se deshagan.

3. Rebozar y freír

  • Bate los huevos con la mantequilla en pomada en un bol.
  • Calienta el aceite en una sartén grande.
  • Escurre ligeramente las rebanadas de pan y rebózalas en la mezcla de huevo y mantequilla.
  • Fríe en el aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
  • Retira y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

4. Rebozar en azúcar y canela

Mezcla azúcar y canela en un plato y pasa las torrijas calientes por esta mezcla. Esto hará que se adhiera mejor y queden irresistibles.

5. Almíbar opcional (para un toque extra)

Si quieres darles un acabado brillante y jugoso, puedes bañarlas con un almíbar:

  1. Opción 1: Calienta miel y agua a partes iguales hasta obtener una mezcla líquida.
  2. Opción 2: Derrite azúcar en una sartén hasta que tome un color dorado, luego añade agua con cuidado y remueve hasta integrar.

Con esta receta conseguirás una torrijas caseras “de infarto”. No te olvides de dejarnos un comentarios. Estaremos encantados de saber que te ha parecido y de que las prepares en casa para toda la familia .

dulces típicos de semana santa

Semana santa y sus deliciosos dulces

Los 5 dulces tradicionales de Semana Santa que no te puedes perder

La Semana Santa en España no solo es un periodo de fervor religioso, sino también una época en la que la gastronomía adquiere un papel protagonista. Entre las muchas tradiciones culinarias, los dulces típicos de Semana Santa destacan por sus sabores únicos y su profundo arraigo en la historia. En este artículo, exploraremos cinco de los dulces más emblemáticos de esta festividad, desde su origen hasta su exquisita elaboración.

1. Torrijas: El Clásico de la Semana Santa

Las torrijas son, sin duda, uno de los dulces típicos de Semana Santa más emblemáticos de España. Su origen se remonta a la cocina medieval, cuando surgieron como una forma de aprovechar el pan sobrante. Para elaborarlas, se remoja el pan en leche con azúcar y canela, se reboza en huevo y se fríe hasta adquirir un color dorado. Finalmente, se sirven espolvoreadas con azúcar y canela o bañadas en miel, logrando un sabor irresistible.

2. Pestiños: Dulce Árabe de Sabor Inigualable

Los pestiños son una herencia de la influencia árabe en la península ibérica. Se preparan con una masa frita aromatizada con miel, anís y ajonjolí, lo que les otorga una textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Su forma suele ser cuadrada o romboidal, y algunas versiones se decoran con azúcar glas. Aunque la receta varía según la región, en todas partes son un símbolo inconfundible de la Semana Santa.

3. Rosquillas de Semana Santa: Tradición en Forma de Anillo

Las rosquillas de Semana Santa tienen una historia centenaria y su característica forma circular simboliza la eternidad. Se elaboran con una masa aromatizada con anís y limón, que luego se hornea hasta alcanzar un tono dorado. Dependiendo de la región, pueden llevar un glaseado de azúcar o simplemente espolvorearse con azúcar granulada. Son el acompañamiento perfecto para un café o té en estos días festivos.

4. Leche Frita: Delicia Cremosa y Reconfortante

La leche frita es un postre tradicional de la Cuaresma y la Semana Santa, cuyo origen se encuentra en los conventos españoles. Se elabora con ingredientes básicos como leche, harina, azúcar y canela, que se cocinan hasta espesar. Luego, la mezcla se deja enfriar en moldes y se corta en porciones individuales, que se rebozan en huevo y harina antes de freírlas. El resultado es una textura crujiente por fuera y cremosa por dentro, perfecta para los amantes de los postres tradicionales.

5. Buñuelos de Viento: Bocados Esponjosos y Dulces

Los buñuelos de viento son una delicia esponjosa que se disfruta especialmente en Semana Santa. Su nombre proviene de la ligereza de su masa, lograda gracias a la incorporación de aire durante el batido. Se preparan con harina, huevos, leche y ralladura de limón, y se fríen hasta obtener un color dorado. Se sirven espolvoreados con azúcar glas y, en algunas versiones, rellenos de crema pastelera, lo que los hace aún más irresistibles.

Dulces típicos de Semana Santa: Historia, Sabor y Tradición

Los dulces típicos de Semana Santa en España son mucho más que postres; son parte de la historia y la tradición de esta festividad. Desde las clásicas torrijas hasta los esponjosos buñuelos de viento, cada bocado nos transporta a una época de celebración y convivencia. Que estos dulces sigan endulzando nuestras mesas año tras año es una muestra de la riqueza gastronómica de nuestro país y de la importancia de preservar nuestras costumbres.

Especial receta pan de torrijas

Cómo hacer pan de torrijas en casa

Con esta receta de pan para torrijas conseguiremos un pan esponjoso, suave y ligeramente dulce. Es un pan ideal para preparar unas torrijas “de toma pan y moja”. La miga es absorbente y la corteza se mantiene ligeramente crujiente. Además, no hay nada mejor que hacer tu propio pan para dar vida a uno de los dulces más icónicos de Semana Santa. Se trata de una masa enriquecida y aromatizada con huevo, mantequilla y azúcar, estilo pan brioche. Al usar leche y mantequilla, suavizamos de forma natural la miga, y el azúcar le da ese toque dulce.

receta pan de torrijas

¿Qué ingredientes necesitamos para nuestra receta de pan de torrijas?

  • 550 g de harina de fuerza
  • 275 g de leche fresca
  • 8 g de levadura fresca
  • 10 g de sal
  • 45 g de azúcar (o miel, si prefieres un toque más aromático)
  • 2 huevos tamaño L
  • 55 g de mantequilla
  • Opcional: 1 pizca de canela para un aroma especial

¿Cómo sería el porcentaje panadero?

  • Harina de fuerza → 550 g → 100%
  • Leche fresca → 275 g → 50%
  • Levadura fresca → 8 g → 1.45%
  • Sal → 10 g → 1.82%
  • Azúcar (o miel) → 45 g → 8.18%
  • Huevos (aprox. 60 g cada uno) → 120 g → 21.82%
  • Mantequilla → 55 g → 10%
  • Canela (opcional) → Cantidad muy pequeña, no influye en el porcentaje

Este pan tiene una hidratación del 71.82% (sumando leche y huevos como líquidos), lo que lo hace bastante tierno y enriquecido.

¿Cómo hacer pan de torrijas? Paso a paso

Vamos a dividir esta receta en dos etapas. En la primera, preparamos una masa con levadura/fermento y, en la segunda, damos forma a nuestro pan de torrijas.

1. Prefermento o poolish

Lo primero que vamos a preparar es un fermento llamado poolish. Se trata de un fermento líquido compuesto por la misma cantidad de agua (o leche) y de harina. Para ello, mezclamos:

  • 180 g de leche
  • 180 g de harina
  • Toda la levadura

Primero disolvemos la levadura en la leche y después mezclamos con la harina. Tapamos y dejamos fermentar hasta que esté burbujeante (unas 8 horas a temperatura ambiente). Cuanto más tiempo fermente este prefermento, menos levadura necesitaremos en la masa final, lo que dará como resultado un pan con mejor aroma, sabor y textura.

2. Preparación de la masa

Cuando el poolish esté listo, mezclamos en un bol:

  • El poolish fermentado
  • El resto de la harina
  • El azúcar
  • La sal
  • Los huevos
  1. Amasamos primero durante 5 minutos hasta integrar los ingredientes. Mas que un amasado, consiste en mezclar todo bien. Dejamos reposar 15 minutos para que la harina se hidrate y el gluten comience a formarse.
  2. Después del reposo, añadimos la mantequilla en trozos (sin derretir) y comenzamos un amasado más profundo. Usamos la técnica de amasado francés o de pliegues: estiramos la masa ligeramente y la doblamos sobre sí misma, giramos 90° y repetimos. Este proceso debe durar unos 10-12 minutos hasta que la masa se vuelva lisa y elástica.
    • Si la masa sigue pegajosa (lo cual será muy probable) evitamos añadir más harina y optamos por dejarla reposar 5 minutos antes de continuar amasando. El reposo permite que el gluten se desarrolle y la masa se vuelva más manejable.
  3. Colocamos la masa en un bol engrasado, la tapamos y la dejamos fermentar a temperatura ambiente hasta que doble su tamaño (unas 2 horas) o podemos meterla en el frigorífico más tiempo si necesitamos jugar con los tiempos.

3. Formado y horneado

Cuando la masa haya fermentado, la sacamos del bol y la desgasificamos ligeramente sobre la mesa de trabajo. Luego, le damos forma de rollo según el tamaño del molde que vayamos a usar o también podemos hacer bolitas más pequeñas y ponerlas una seguida de otra en el molde.

Colocamos la masa en el molde y dejamos fermentar tapada hasta que doble su volumen (aproximadamente 1 hora más). Es importante la temperatura ambiente. Mientras fermenta, precalentamos el horno a 200-210ºC con calor arriba y abajo.

Horneamos durante 30-35 minutos hasta que el pan esté dorado y cocido por dentro. Dejamos templar 10 minutos en el molde antes de desmoldar y enfriar sobre una rejilla ¡Listo! Ahora tienes un pan de torrijas más grande y perfecto para absorber bien la leche y el azúcar cuando prepares tus torrijas. ¡Disfrútalo! 😊

INFORMACIÓN IMPORTANTE SOBRE FERMENTACION 

El tiempo óptimo de fermentación depende de la temperatura ambiente. Como nuestra pan está enriquecido (contiene mantequilla, huevos y azúcar), la levadura actúa más lento que en un pan básico.

Fermentación a temperatura ambiente (~22-24°C):

  1. Primera fermentación (bulk fermentation):

    • 2 a 3 horas hasta que doble su tamaño | Puedes hacer un pliegue a la mitad del tiempo para mejorar la estructura.

  2. Formado y segunda fermentación (prueba final):

    • 1.5 a 2 horas hasta que crezca un 70-80% | Si presionas suavemente con el dedo, la masa debe volver lentamente a su lugar.

Opcional: Fermentación retardada en frío

Si quieres desarrollar más sabor, puedes dejar la primera fermentación en la nevera de 8 a 12 horas (a unos 4°C). Luego, sacas la masa, la dejas a temperatura ambiente 30-60 min, la formas y sigues con la segunda fermentación.

Hasta aquí nuestra receta pan de torrijas. Si te ha gustado, no te olvides de compartirla. Pronto subiremos la receta de las torrijas para que puedas usar ese maravilloso pan. Esperamos que los disfrutes 😉

Clasificación y tipos de harina

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Qué es, tipos y clasificación En este artículo te voy a explicar en profundidad uno de los ingredientes protagonistas de la panadería, tanto para la elaboración de masas dulces, saladas como cualquier otro tipo de masas: LA HARINA. ¿Qué es la harina? ¿Cómo se usa? ¿Qué tipos de harinas hay y cómo se clasifican? ¿Qué … Leer más

pan de chapata: un pan rústico con tradición italiana

chapata: receta fácil

Descripción del Pan

La chapata, conocida como ciabatta, es un pan de origen italiano que se caracteriza por su forma alargada y aplanada. Su corteza es crujiente y dorada, mientras que el interior es suave, esponjoso y lleno de alveolos grandes y pequeños. Este pan es ideal para hacer sándwiches debido a su textura aireada y su sabor suave pero ligeramente ácido.

Origen del pan de Chapata

El pan chapata fue creado en 1982 por Arnaldo Cavallari, un panadero de la región de Veneto, en Italia. La intención de Cavallari era desarrollar un pan que pudiera competir con las baguettes francesas, creando así una versión italiana que reflejara la tradición y la calidad del pan italiano. Desde entonces, la chapata se ha convertido en un pan popular no solo en Italia sino en todo el mundo.

 

Ingredientes

  • PREFERMENTO POOLISH
    • Harina panificable 600
    • Agua 600
    • Levadura fresca 2,5 para toda una noche de fermentación lenta.
  • MASA FINAL
    • Harina panificable  400
    • Agua 150
    • Sal 17,5
    • Algo de aceite de oliva para los recipientes

Elaboración: PASO A PASO DE LA RECETA

Preparación del Poolish (el día anterior):

  1. Mezcla los Ingredientes: En un bol grande, mezcla la harina, el agua y la levadura hasta formar una masa homogénea. Tiene que quedar como una pasta.
  2. Fermentación: Cubre el bol con un paño húmedo o papel film y deja reposar a temperatura ambiente durante 12-16 horas. El poolish estará listo cuando tenga una textura burbujeante y haya duplicado su tamaño.

Preparación de la Masa de chapata:

  1. Mezclar la Masa: En un bol grande, mezcla el poolish, la harina, el agua restante y la sal. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén integrados.
  2. Amasado Inicial: Esta masa es muy húmeda y pegajosa, por lo que se recomienda utilizar una batidora con gancho amasador si es posible. Amasa a velocidad baja durante unos 11-12 minutos, hasta que la masa esté suave y elástica.
  3. Primera Fermentación: Cubre el bol con un paño húmedo y deja reposar a temperatura ambiente durante 2 horas, hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
  4. Formar las Chapatas: Espolvorea generosamente una superficie de trabajo con harina. Vuelca la masa sobre la superficie y divídela en tres partes de 700 gramos aproximadamente. Con cuidado, da forma a cada parte en un rectángulo alargado, sin desgasificar demasiado la masa para conservar las burbujas de aire.
  5. Segunda Fermentación: Coloca las chapatas en una bandeja de horno cubierta con papel pergamino y espolvoreada con harina. Cubre con un paño y deja reposar durante 45 minutos.
  6. Precalentar el Horno: Precalienta el horno a 220°C (428°F). Coloca una bandeja con agua en la parte inferior del horno para crear vapor, lo que ayudará a formar una corteza crujiente.
  7. Horneado: Hornea las chapatas durante 30-35 minutos, o hasta que estén doradas y suenen huecas al golpearlas en la base.
  8. Enfriar: Deja enfriar sobre una rejilla antes de cortar.

¡Y listo! Ahora tienes un delicioso pan chapata casero, perfecto para sándwiches o simplemente para disfrutar con un poco de aceite de oliva y sal.